Miércoles 21 de octubre del 2015, día histórico para el
futbol chilpancingueño, las nostalgias y los recuerdos de los partidos de
décadas atrás se traducían ahora en un encuentro de alarido, Águilas de la Universidad Autónoma de Guerrero y Avispones de
Chilpancingo disputarían su primer clásico enrolados en el profesionalismo, la
tercera división sería testigo de un encuentro con sabor, con el sello y la
pasión del futbol guerrerense.
No era viernes de maricos ni jueves de pozole, era un
miércoles futbolero y la afición lo sabía, desde temprana hora abarrotaron la
cancha universitaria, nadie quería
perderse este evento sin precedentes, en
el terreno de juego los equipos se veían las caras, un sinfín de expresiones
afloró en cada saludo, algunos jugadores eran amigos pero se sabían rivales en
el terreno de juego, once contra once al
final de cuentas, más siete en la banca y más de 2 mil personas muriéndose de
ganas porque iniciará el encuentro.
Los equipos saltaron al campo motivados por una afición
leal, aprueba de todo pero hambrienta de buen futbol, Águilas de la Universidad
con paso perfecto en su primera incursión en el profesionalismo, tendrían una
prueba de fuego ante nada más y nada menos que los avispones de Chilpancingo el
cuadro con más arraigo en la capital y con más años recorridos en la tercera división,
sin duda un cartel de altísima expectativa.
El árbitro pitó el arranque del partido, los 2 equipos no
guardarían nada y de inmediato fueron tras
la redonda, la UAGro tendría el control en los primeros minutos
generando acciones que pondrían en complicaciones a la defensa rival; los
avispones sabrían responder con latigazos poderosos exigiendo al máximo al
guardameta universitario, en la media cancha lo mismo construían que destruían
una exhibición de garra, de ímpetu y pinceladas de calidad. Sin embargo a
sabiendas de que todo el público estaba a la espera de su llegada, egoísta,
egocéntrico, el gol simplemente se cotizó y no quiso aparecer en el primera
parte.
Inició la segundo tiempo y el gol irrumpió en la cancha de
manera vertiginosa, tan veloz que ni siquiera la cámara lo pudo captar, de
inmediato invadió de felicidad
a la comunidad universitaria y contrariamente congelando a la porra penca de maguey. Las
acciones continuaron avispones se fue con todo al abordaje, llegadas a diestra
y siniestra dinamitaron ambas porterías; sin embargo en una jugada, el gol
también le mostraría una sonrisa a los avispones, decretando el empate en el
marcador. Los 90 minutos concluyeron todo se definiría desde los 11 pasos.